El objetivo de cualquier persona que monta un negocio es que sea rentable, es decir, que sus ganancias superen los costos y gastos administrativos. Sin rentabilidad, difícilmente un negocio pueda sobrevivir a mediano o largo plazo. Invertir una suma importante de dinero al comenzar un negocio nunca va a alcanzar: si no haces rendir esa inversión, eventualmente los gastos te sobrepasarán.
En esta guía, podrás introducirte a cuáles son los principales aspectos que deberás cuidar y a los que le tienes que prestar atención ya sea que quieres comenzar tu propio negocio, o si ya tienes uno. Si todavía no lo lanzas, tienes la oportunidad de comenzar con el pie derecho. Y si ya tienes tu empresa, y has llegado a este artículo porque tienes problemas para mantener tu negocio a flote, también existen soluciones para remontar tus ganancias.
Otra posibilidad es que tengas un negocio pero no sepas diferenciar si está siendo rentable o no. Saber categorizar los costos y descubrir si estás perdiendo dinero tampoco es una tarea simple. En este artículo te proveeremos algunas herramientas que te ayudarán en cualquiera de los tres casos.
Si este es tu caso, probablemente la pregunta que más te atormenta es si tu emprendimiento será viable. Para aumentar las probabilidades de que lo sea, necesitarás crear un plan de negocio. Existen modelos que te pueden ayudar a crear el tuyo, uno de los más conocidos es el Modelo de Negocios Canvas, una metodología con la que podrás crear un plan de negocios en pocos minutos y llegar a una visión global de tu idea. Sin embargo, y más allá del modelo que elijas seguir, existen ciertos aspectos fundamentales que deberás cubrir:
Incluso, quizás todavía ni siquiera hayas podido identificar una idea de negocio, es decir, el producto o servicio que quieres ofrecer. Puedes inspirarte en tus intereses personales para idear un primer concepto, pero es fundamental que investigues si ya existen productos similares, y si los hay, presta atención a si existen quejas de consumidores sobre ellos. Quizás así puedas encontrar una brecha en el mercado. También es importante siempre mirar qué pasa en las tendencias para aprovechar que la demanda de un producto está en aumento. Una buena práctica para saber si tu idea es buena es hacer una prueba, para ver cuántos clientes están dispuestos a comprar tu producto, y por cuánto dinero.
Tienes un negocio, pero no comprendes por qué siempre tienes problemas para cubrir los gastos, y nunca te queda dinero para invertir en mejorar tu producto o servicio. Lamentablemente, este es un problema común porque gran parte de los emprendedores no cuentan con asesoría legal o financiera, o ni siquiera llevan registros contables.
Sin embargo, si percibes que mes tras mes tienes los mismos problemas, vale la pena pausar y analizar a fondo los números de tu negocio. Es imposible que sepas exactamente en un principio qué va a ser mejor para tu negocio en el largo plazo. Por eso debes parar de vez en cuando y reajustar tus prioridades, hacia dónde inviertes tus recursos, y demás.
Tener un “estado de resultados” es fundamental, porque al hacer este análisis sabrás cuánto has perdido y cuánto has ganado. En particular, podrás entender mejor cuáles fueron tus ventas, cuáles fueron tus costos de ventas (el costo de la materia prima y la mano de obra), tus gastos (administrativos, de publicidad, préstamos etc.), y los impuestos que debes pagar. Así, podrás saber cómo fluye el dinero en tu negocio, para identificar dónde tienes que hacer un ajuste. Invierte tiempo en aprender sobre conceptos básicos de contabilidad.
Otra manera de trabajar hacia la rentabilidad de tu negocio es asegurarte de que todo esté en regla y tu actividad sea formal. Esto generará mayor confianza en tus clientes, te abrirá puertas a créditos y apoyos del gobierno, y lo más importante, evitarás grandes penalizaciones. Si recién estás comenzando tu negocio, es buena idea adelantarte y consultar dentro de tus posibilidades con un abogado. Esto te ahorrará grandes dolores de cabeza a futuro.
Hoy en día, si no incorporas tecnología de alguna manera en tu negocio, difícilmente podrás atraer más clientes que la competencia. La forma de consumir cambió completamente, ya que muchos individuos compran en igual cantidad en tiendas físicas que en tiendas online. Montar tu propia tienda digital será una pieza clave para ser rentable, o incluso vender en redes sociales te ayudará a exponerte a posibles clientes.
Además, si sólo aceptas pagos en efectivo, es altamente probable que pierdas varios clientes. Las terminales de pago para tarjetas de crédito y débito facilitan esta tarea y evitan tener que recaer en las engorrosas transferencias bancarias. Por ejemplo, Billpocket te permite convertir tu celular en una terminal punto de venta con Billpocket Nano, y te permite vender donde quieras sólo al compartir links de pago a distancia.
Pero, además, puedes usar la tecnología para controlar tu inventario, optimizar tu logística, manejar tu contabilidad, montar tu sitio web, enviar emails de publicidad, y automatizar tareas repetitivas. Estas herramientas están diseñadas para aumentar tu rentabilidad, por lo que vale la pena considerar invertir en ellas. Existen incluso algunas que te permitirán generar mejores campañas de marketing, y algunas de ellas son gratuitas, como es el caso de Google Analytics.
Lograr que tus ganancias sobrepasen tus gastos no es tarea fácil, especialmente si no tienes experiencia en contabilidad. Pero, hoy en día, existen muchísimos recursos como esta guía para ayudarte a llevar a tu negocio por el camino correcto. Si prestas atención y le dedicas el tiempo suficiente para que crezca, tu emprendimiento puede prosperar y alcanzar el éxito rápidamente.